Dentro de poco empezarán los días fríos, y apetecerá menos comer ensaladas, por eso hoy propongo esta en forma de carpaccio, sencillísima de preparar, con la única condición de utilizar un utensilio indispensable en la cocina: la mandolina.
INGREDIENTES (4 personas)
- Dos remolachas medianas
- Un chorreón de aceite de oliva VE de DEM
- Jugo de medio limón
- Sal
- Queso manchego azumbre cortado en lascas con la mandolina para espolvorear la ensalada.
- Pesto de albahaca: Aceite de oliva VE, un manojo de albahaca, 20 gr de queso Manchego Azumbre (o parmesano si lo prefieres), 20 gr de piñones (o almendras, que los piñones son un producto de lujo)
PREPARACIÓN
- Preparar la remolacha, cocinándola o haciéndola en el horno 180ºC en papillote (envuelta en papel de aluminio con la parte brillante hacia dentro, o si mejor aún en papel de horno, que hay estudios que demuestran que el papel de aluminio es nocivo..Pero otros estudios lo desmienten..a saber!) hasta que esté tierna, que ser aproximadamente media hora. Lo ideal, es aprovechar a hacerlo cuando se usa el horno para otra cosa. Yo prefiero hacerla de esta última forma, porque no pierde su jugo.
- PESTO DE ALBAHACA: Poner en el vaso de la minipimer 2 dl de aceite, con un manojo de albahaca, 20 gr de parmesano rallado y 20 gr de piñones o almendras, y triturar hasta que quede una pasta fina. Reservar.
- Pelar la remolacha y cortarla en rodajas muy finas con una mandolina, colocándola sobre un plato de servicio hasta cubrirlo por completo.
- Aliñar la remolacha con aceite limón y sal
- Esparcir el pesto por encima con ayuda de un pincel y rematar el plato con lascas de parmesano rallado.
VARIANTES
Está claro que en esta ensalada lo importante es que la remolacha esté cortada muy fina, con la mandolina, y que se aliñe con el toque de limón que contrasta con el dulzor de esta hortaliza, pero se podrá cubrir con muchsimas cosas distintas: ventresca, espinacas, rúcula, taquitos de queso de burgos, aceitunas, huevo duro, etc..Que cada uno los combine como le apetezca.